Las
montañas que visitaremos, se encuentran en pleno corazón de nuestros andes
centrales, enclavadas en el valle del mesoncito, un valle de altura, el cual en
su tiempo, se rebelo como un tesoro a los ojos de los montañistas, los cuales
no tardaron en explorarlo.
Con tales
ensueños, partíamos el viernes 21 de marzo, desde nuestro punto de reunión, el
estacionamiento del Unimarc en escuela militar, éramos 5 personas en la
camioneta y aun faltaba Pilar, que la recogeríamos en el metro Macúl. El viaje
fue rápido, y cercano a las 11:00 AM ya se encontraba todo listo para comenzar
la caminata. El primer día paso muy lento, talvez por la gran pendiente por la
cual hay que caminar para llegar al valle levantado, o quizás porque ninguno de
los que conformaba el grupo, había salido entre si y en cada momento con la
excusa de “parada técnica” nos deteníamos para reír, bromear o conversar de tal
y cual cerro. El problema el primer día fue el ritmo, Pilar venia muy lento y
muy cansada por lo que debíamos esperarla, esto debido a que presentaba claros
síntomas de estar resfriada. Por fin cercano a las 17:00 hrs. llegamos a la
pirca del visionario, construida en 1972 por miembros del andino Mañke, pero
decidimos seguir por no contar con mucha agua. Después de una hora y media más
de caminata llegamos a lo que seria nuestro campamento base a 3560 msnm. El
resto del día solo fueron risas, bromas y comida.
Descansando en el camino de aproximación
El sábado
22 comenzó a las 3:00 AM, con una gran luna llena que intimidaba a nuestras
frontales. Aparentemente pilar se encontraba mejor, algunos tomaron un ligero
desayuno, y a las 4:30 comenzó la marcha. En un principio nos costó encontrar
la pasada hacia el glaciar, pues el camino no era claro y las grandes rocas de
la morrena por donde caminábamos, hacia mantener fija la atención en el próximo
paso, amparados por el gran cielo estrellado y la luna llegamos a la base del
glaciar a las 6:45 AM. Pilar venia muy atrás y en la espera sentimos frío, yo dormí
15 minutos entre unas rocas.
Partiendo hacia la cumbre
Al llegar, nos dio la noticia que de alguna manera
todos esperábamos, que no seguiría y que nos esperaría en la base del glaciar.
Nos despedimos, le dejamos algunos jugos y comida y partimos. Al entrar al hielo
decidimos encordamos, 2 cordadas, una de 2 personas y otra de 3. En una
caminaba Rodrigo, Andrea y Héctor, en la otra Marcos y yo. La primera parte de
la ruta pacifico sur no tiene una gran pendiente, pero si el glaciar se
encuentra quebrado, y tales grietas con la nevada de hace unos días, se
encontraban tapadas, lo cual hacia mas entretenida la apertura de ruta. De
pronto me doy vuelta, y veo que viene más gente, una cordada de 4 y más atrás
una de 2, todos siguiendo la huella que con marcos íbamos abriendo. Grietas había
para todos los gustos, delgadas para saltar, anchas para rodear y puentes de
hielo que ha esa hora estaban los suficientemente firme para soportar a las 12
personas que venían por la ruta.
Grietas en el camino
El ultimo tramo fue tedioso, pues la nieve me llegaba
mas arriba de la rodilla, pero en el punto donde se separan las rutas; una que
se dirige hacia el morro y la otra al punta chile; descansamos, nos juntamos
todas las personas que estábamos en la ruta, conversábamos nos deseamos suerte
y partimos.
Abriendo ruta, con Marcos Skarmeta
Quedaban solo 200 metros para la cumbre por un canalón de 50° el
cual a vista, se notaba que acumulaba nieve. Partimos, y rápidamente nos dimos
cuenta que bajo esa capa de nieve, había hielo cristal. El problema era para el
que iba último en la cordada, en este caso Héctor, pues los primeros sacaban la
nieve del camino y a este le quedaba solo hielo para caminar. Con delicadeza subíamos
por este delicado canalón, cuando de pronto, se cae Marcos y comienza a
deslizarse, PIOLET!!! PIOLET!! gritábamos y afortunadamente la técnica de
autodetencion lo frenó.
Con lo
ocurrido aseguramos con cuerda fija la salida del canalón, solo contábamos con
un tornillo que lo tenia la cordada de abajo, así que puse una cinta en una
roca, me auto asegure y fije la cuerda. De apoco comenzaron a subir hasta que
todos nos reunimos en un delicado sector. Puse el tornillo, asegure a Rodrigo y
salió del canalón dejando la cuerda fija, de a poco todos comenzaron a salir con Prusick, y yo, después
de retirar el material, asegurado por ocho, pues fui el ultimo. Todo el grupo
respiraba tranquilidad, fuera del canalón, la cumbre estaba al lado, en menos
de 10 minutos estábamos sobre ella celebrando. La vista es increíble, Nevado piuquenes,
el alto, la ruta normal completa hacia el marmolejo, la utilizada por la
legendaria cordada de oro, la inescalda pared sur del freile, y su glaciar por
donde subió la misma cordada de antaño. Desde el lugar divisamos como las
personas que iban al morro, estaban subiendo el diedro que protege su cumbre.
Foto de cumbre punta Chile
Video cumbre punta Chile
Después de unos 30 minutos de conversa y fotos partimos rumbo al moai, el cual
se ve cerca. Siempre optamos por las piedras, pues a esa hora la nieve se
encontraba Sopa. En 40 minutos nos encontrábamos, los mismos, encaramándonos en
el torreón cumbrero del Moai, en esta,
la mirada es 100% para el san José y el marmolejo. No hay mejor mirador.
Fotos de rigor y para abajo. Las personas en el morro aun seguían metidos en el
diedro.
Cumbre Mohai
Buscamos el
gran canalón que conecta con la ruta normal del Moai y comenzamos a bajar,
encordados nuevamente, la mismas cordadas, pues se veían grandes grietas. Al
final solo tuvimos que saltar una angosta, pues la demás las rodeamos. La
bajada por nieve blanda fue rapidísima y a las 18:00 hrs. nos encontramos con
Pilar que aun esperaba en la base del glaciar. Para llegar mas rápido al
campamento tomamos el lado sureste del valle, pues se encontraba en mejore condiciones
para caminar, con rodrigo casi llegamos una hora antes que los demás al
campamento. Comimos como nunca, huevos con salame, ensalada, puré, piñas, etc.
Cuando nos preparábamos para dormir, cercano a las 23:00, llegaron las personas
que andaban el morro, algo cansadas se veían. La decisión fue bien clara, la
hora para levantarse el domingo la ponía cada uno, merecido descanso y un día
completo para bajar. El domingo comenzó como a las 9:00 am y el retorno a las 12:00, este fue rapidísimo en
15 minutos estábamos en la pirca en la cual me encontré con los rezos dejados
por jorge y Magali quizás el día anterior. Entre una hora y media nos demoramos
en bajar hasta el clarillo, en donde nos juntamos. Con rodrigo nos arrancamos
casi una hora y llegamos a la camioneta donde encontramos a la gente del club.
El resto del viaje fue, empanadas donde el pelao, risas y descanso.
Bajando al campamento base
Lo admirable
de la salida:
Un grupo de
personas que nunca había salido antes entre si, que se una tanto, en la
montaña.
El clima, 3
días espectaculares muertos de calor.
El entorno,
lleno de magia e historia, un valle que tiene aun mucho por hacer y mucho que
decir, enclavado en el corazón de los andes de chile central, que nos invita a
recorrerlo como alguna vez lo hicieron los viejos, los cuales aun nos guían,
por sus caminos eternos, en esta maravillosa experiencia que es la montaña.